domingo, 30 de diciembre de 2007

Kafka en la orilla, de Haruki Murakami

Kafka en la orilla ha sido mi segunda cita con Haruki Murakami, después de Tokio Blues: Norwegian Wood, que me fascinó completamente y me dejó con ganas de leer más, aunque me gustó tanto que pensé que al autor le costaría superarse a sí mismo.

Bueno, pues, esta segunda lectura de Murakami ha sido satisfactoria. La novela me ha gustado aunque me ha vuelto un poco loca el cruce constante de las vidas paralelas de los protagonistas, pero también me atrae que los autores hagan que me esfuerce para seguir el libro.


Kafka en la orilla
arranca cuando un joven se escapa de casa el día de su quince cumpleaños huyendo de su padre, un famoso escultor ególatra que ha traumatizado a su hijo con espeluznantes profecías, y buscando a su madre que le abandonó a los cuatro años llevándose a su hermana. El joven decide cambiarse el nombre de pila y pasa a llarmase Kafka Tamura y llega hasta Takamatsu una ciudad en una de las islas japonesas más alejadas de la capital. Allí conoce a una extraña chica que le ayudará a refugiarse los primeros días, así como a Oshima, el bibliotecario de una biblioteca que acoge la colección de una familia de mecenas de la literatura japonesa, donde pasa los días leyendo.
Cuando la policía, siguiéndole la pista, llega hasta Takamatsu Oshima le propone esconderse en una apartada cabaña, rodeada de un peligroso bosque donde es muy probable llegar a perderse para siempre. Allí, rodeado de una naturaleza extraña, Kafka Tamura intenta encontrar su propia naturaleza.


Paralelamente conocemos la historia de Nakata, un hombre de unos sesenta y pico de años que es retrasado, no sabe leer ni escribir, pero es capaz de mantener conversaciones con los gatos. Su historia empieza una mañana del año 1944 cuando junto a sus compañeros de clase y su profesora marchan a pasar el día en el campo en busca de setas. De repente todos los niños se desmayan, se quedan inconscientes aunque con los ojos abiertos. La profesora, ajena al elemento extraño que ha producido el desvanecimiento colectivo, sale corriendo en busca de ayuda. A su regreso todos los niños menos Nakata han recobrado el conocimiento y no recuerdan nada de lo sucedido. Después de múltiple pruebas se comprueba que a los niños no les han quedado secuelas, pero Nakata no se despierta. Es trasladado a un hospital militar y meses después recupera la conciencia, pero no recuerda nada de su vida, ha olvidad cómo leer y cómo escribir y su inteligencia ha muerto con su despertar.

Ya como adulto se ve relegado de toda vida social y cobra una pensión de invalidad y gracias a su habilidad conversadora con los felinos, se dedica a buscar a aquellos que se extravían de su casa hablando con otros gatos. Así se entera de la existencia de un malvado hombre con el que tendrá un encuentro desagradable para él y para el lector. Después se sentirá llamado a hacer un viaje que le llevará hasta Takamatsu donde tendrá que encontrar algo muy preciado.


Como se puede ver,
Kafka en la orilla no es una novela fácil. No. Es una novela que requiere del lector mucha atención porque las historias se cruzan constantemente y a las que se les añaden personajes extravagantes marcados por sus relaciones con el sexo, la angustia, la incógnita del yo y elementos de la cultura de nuestra sociedad moderna (en esta novela, Johnnie Walker, del whisky, y el Coronel Sanders, el abuelito del Kentucky Fried Chicken) otros temas recurrentes en las obras de Murakami.

La intrincada trama que crea el autor en la novela hizo necesario según él mismo una
página web donde los lectores realizaron 8000 preguntas sobre la obra y sus derroteros, de las que el autor llegó a responder unas 1200. Kafka en la orilla es tan atractiva que requiere más de una lectura y de dos para sacarle todo el jugo a sus simbolismos. Yo hasta me armaría de lápiz y papel para leer y apuntar a la vez todo lo que me evoca, y para discernir si me encuentro en la conciencia o si estoy soñando, como sus personajes.

MURAKAMI, Haruki. Kafka en la orilla. Barcelona: Tusquets, 2006. 383 páginas. ISBN 84-8310-356-7.

També editat en català per l'editorial Empúries.

miércoles, 26 de diciembre de 2007

Navidad, Navidad... (IV): en París y en Nueva York

Este año he podido ver cómo se celebra la Navidad en París, con su iluminación navideña, el frío que hace y también los escaparates de las Galeries Printemps y Lafayette. Ya lo viví de niña, que es el mejor momento, crees que allí mismo viven los Reyes y Papá Noel. Es muy bonito.



Pero también es espectacular vivir la Navidad en Nueva York. Es como entrar en cualquier película navideña americana. Luces por todas partes, a lo grande. A lo gigante. Las tiendas, a reventar. La gente, abrigada hasta las orejas. Y es que hace un frío que te mueres. No he pasado tanto frío como en Nueva York. Hasta los perritos llevan una especie de botas en las patas para no resbalar en el hielo y les queme las almohadillas. Un ejemplo de esta locura navideña es el espéctaculo que realiza la tienda Sacks 5thAvenue en su edificio, como si fuera un desfile en EuroDisney... Aunque es igual de espectacular el Rockefeller Center con su árbol de navidad gigante y las bolas navideñas, como las que se cuelgan en los árboles, en tamaño gigante (casi tan altas como las personas), instaladas en medio de las aceras...




Nota: no he colgado mis propios vídeos porque aún no he conseguido que se vean en el ordenador, sólo puedo verlos desde mi cámara. Argghh!!!

sábado, 22 de diciembre de 2007

Navidad, Navidad... (III): el Gordo de la lotería

El sorteo de la lotería de Navidad siempre me pareció un tostón cuando era pequeña. Ahora no es que crea que sea entretenido precisamente... Los sorteos de Navidad de mi niñez los recuerdo en casa de mi abuela. La noche anterior al sorteo era la indicada para montar el árbol con sus adornos. El árbol era de plástico, raquítico y no pasaba del metro y medio. Los adornos se guardaban en un tambor de detergente, de esos del año de la catapum. Se tardaba casi toda una tarde en desenrollar y separar las luces, el espumillón, las bolas, las cintas y demás garlandas. Una vez montado, colocábamos el belén, hecho por mí cuando iba a primaria con corcho y pintado a mano. Era bastante feo, pero a mi abuela le gustaba.

Cuando acababa el ritual decorador, la desidia se apoderaba de mí y deseaba que la mañana siguiente, la del sorteo, pasara lo más rápido posible. Aunque desde que abrían el salón de loterías de Madrid, en casa de mi abuela ya éramos todos conscientes de cada movimiento que allí se desarrollaba. Y es que la pobre estaba medio ciega y medio sorda, así que lo escuchaba en la radio sintonizada a todo volumen y lo veía en la televisión con el sonido enmudecido. Todo simultáneamente por supuesto. Así que a los que nos importaba un bledo el sorteo nos era imposible pasarnos la mañana en la cama. Además ella seguía uno por uno todos los números que cantaban los niños de San Ildefonso comprobando su décimo y las múltitudes participaciones que había adquirido por todo el barrio.

Cualquier cosa relacionada con la lotería me ponía de los nervios, exceptuando los anuncios de la tele. Me parecían divertidos, y más desde que empezó a protagonizarlos el calvo. Siempre me ha parecido un anuncio entrañable. Tanto como esta versión donde los playmobil suplantan a los personajes originales. Yo, desde hace un año también me compro un décimo. En la escuela compraban un número y lo ofrecían a los trabajadores. Así me compré el primer décimo en la navidad pasada y otro en ésta. Y es que sólo faltaría que tocara este año después de que me dieran la patada...




Editado: no me ha tocado nada...

jueves, 20 de diciembre de 2007

La elegancia del erizo, de Muriel Barbery

La elegancia del erizo de Muriel Barbery es otro de los títulos que recientemente he comprado que abogan por la función de salvadora que ejerce la lectura en las personas. En este caso, sus dos personajes protagonistas se alimentan de la lectura y de la cultura para intentar sobrevivir en un entorno donde son percibidos como extraños, y hasta a veces, invisibles.

El escenario se halla en el número 7 de la calle Grenelle, en una zona más que pudiente de París. Allí conviven vecinos de alta gama entre los que se encuentran un crítico gastronómico, familias burguesas, altos funcionarios del Estado, hijos de papá muy muy pijos... y una portera.


Las protagonistas son la portera y la hija pequeña de un funcionario muy importante del gobierno francés. La primera vive escondida bajo el disfraz de portera iletrada, viuda, que vive con su gato y que no se mueve del sofá, salvo para regar las plantas y barrer la entrada de la finca. La segunda está entrando en la adolescencia y su familia no la comprende. Su hermana mayor vive únicamente pensando en la moda y en encontrar un buen marido mientras filosofa sobre la literatura en la época medieval; su madre se gasta una fortuna en la consulta del psicoanalista para olvidar sus frustraciones y su padre las ignora a las tres por completo.


Renée, la portera, pasa sus días complaciendo su hambre cultural leyendo y visitando asíduamente las bibliotecas; hablando con su amiga que limpia en las casas de sus vecinos y reflexionando sobre la vida y su belleza. Representa el papel de portera inculta para protegerse, ya que cree que una portera culta y educada puede parecer muy extraño para los ricos. Paloma, la adolescente, está asqueada con su vida. Sabe que cualquiera que la oiga pensará "pobre niña rica", pero ella realmente se siente mal por saberse incomprendida por su familia. Quisiera poder hablar con alguien de sus inquietudes. Está decidida a suicidarse y a quemar el piso de su familia para darles un escarmiento. La llegada de un nuevo inquilino, el señor Ozu, un hombre japonés de basta cultura hará que se perciban la una a la otra y las ayude a buscar la belleza en las pequeñas cosas.


Reconforta pasar las páginas y reflexionar sobre los pensamientos y vicisitudes de las dos protagonistas. Está salpicada con aportaciones filosóficas, y es que la autora es profesora de filosofía, que obligan a una lectura ponderada, tranquila; también la cultura japonesa es esencial en la trama, tanto por la actitud zen del señor Ozu, como el gusto de Paloma por los haikus y de Renée por las películas del director japonés Yasujiro Ozu. La elegancia del erizo es una novela deliciosa, suave y dulce, para mí ha sido como beberme una buena taza de leche caliente con miel antes de ir a dormir.

BARBERY, Muriel. La elegancia del erizo. Barcelona: Seix Barral, 2007. 368 pág. ISBN 978-84-322-2821.

També editat en català per Grup 62.

Navidad, Navidad... (II): Decoración de la ciudad

La decoración navideña de la ciudad siempre trae cola. A algunos les gusta más que a otros que se cuelguen las típicas luces de hace cuatrocientos años. La vela esa con el acebo alrededor. Los Reyes Magos en sus camellos de múltiples colores. Los regalos. La estrella... A otros les gustan más las luces tipo París. Románticas, comedidas, pero a la vez navideñas. Hace unas semanas cuando estuve allí pude verlo con mis ojitos. Sólo los Champs-Elysées estaban iluminados verdaderamente. En las otras calles se encargaban las propias tiendas de engalanar sus escaparates y entradas. Y es una postura muy lógica. Aquí todo está iluminado y queda muy recargado.

Foto ilustrativa que hice en París

Pero el clásico en Barcelona es el pessebre de Sant Jaume. Un año tiene caganer. Se arma la de San Quintín. Otros años no tiene caganer. Se arma la de San Quintín. Un año es demasiado clásico. Al siguiente, para remediarlo, lo hacen tan moderno que no se distingue al niño Jesús. ¿Será que los organizadores del pessebre quieren que sea un divertimento para los ciudadanos? Tendrían que hacerse porras para adivinar qué será lo más polémico del pessebre de cada año. El domingo fui a verlo y era muy normalito. Figuras grandes y marrones, como si fueran de barro de toda la vida, perfectamente identificables rodeadas de plantas y árboles. Nada que decir. Clásico, pero correcto. Lo raro era cuando salías del pessebre. Unos cubos de unos 150 centímetros de alto, de reja metálica llenos de piñas, ponsetias, piedras, troncos y madera, tiestos de plástico con plantitas medio muertas... Ahí está el elemento polémico del año. ¿Qué representan esos cubos? ¡Hagan sus apuestas, señores!


Para contentar: fotos que he encontrado por la red del mítico pessebre del butanero y la viejecita. Y transcribo la presentación que hizo el ayuntamiento de este ya mítico pessebre de Sant Jaume:


"Aquesta transposició a l’època actual significa que escenes i oficis típiques dels pessebres tradicionals s’han transformat en situacions i professions reconegudes en la nostra quotidianitat. Així, l’home de les neus s’ha transformat en un turista; el llenyataire, en l’home que porta el butà; el músic, en un home amb guitarra; o la bugadera, en una dona carregada amb detergent. Les úniques figures que no estan actualitzades són les de la Sagrada Família, que es corresponen a les figures que hi ha al Museu Etnològic.

Pessebre BCN ha substituït l’escenari típic rural per un espai verd emblemàtic de la ciutat. La representació del Naixement se situa en un retall simulat del Parc de la Ciutadella. El projecte, que recrea l’escena en un espai urbà, és dels alumnes del tercer curs del Projecte d’Art i Disseny de l’escola Massana. Alumnes de l’escola de jardineria IES M. Rubió i Tudurí s’han encarregat de la disposició de la vegetació i de la selecció de les espècies que formen part del retall del Parc de la Ciutadella, traslladat a la plaça de Sant Jaume."

¡QUÉ BUENO!

domingo, 16 de diciembre de 2007

Navidad, Navidad... (I): Ferias

Para mí no es Navidad cuando encienden las luces de la ciudad, ni cuando el Corte Inglés me lo dice por la tele. Para mí la Navidad ya ha llegado cuando el olor a eucalipto y a abeto invade las calles procedente de las ferias populares. Esta temporada ya he visitado tres: la Fira de l'Avet d'Espinelves, la Fira de Nadal de la Sagrada Família (que me trae preciosos recuerdos de infancia a la memoria) y la Fira de Santa Llúcia (la más tradicional de Barcelona).

viernes, 14 de diciembre de 2007

Sweeney Todd is coming...



Joan, si us plau, si us plau, canta la cançó de Sweeney Todd...

Refugiado de biblioteca

Hasta el anochecer, decido matar el tiempo en una biblioteca. Había averiguado de antemano qué bibliotecas había en los alrededores de Takamatsu. Desde pequeño, yo siempre he matado las horas en las salas de lectura de las bibliotecas. No son muchos los sitios adonde puede ir un niño pequeño que no quiera volver a casa. No le está permitido entrar en las cafeterías, tampoco en los cines. Únicamente le quedan las bibliotecas. No hay que pagar entrada y, aunque vaya solo, no le dicen nada. Allí puede sentarse y leer todos los libros que quiera. A la vuelta de la escuela, yo siempre iba en bicicleta a la biblioteca municipal del barrio. Incluso los días festivos solía pasar largas horas allí solo. Cuentos, novelas, biografías, historia: leía todo lo que encontraba. Y, cuando había devorado todos los libros infantiles, pasaba a las estanterías de obras para el público en general y leía los libros para adultos. Incluso los que no entendía los leía hasta la última página. Y cuando me cansaba de leer, me sentaba ante los auriculares y escuchaba música. Carecía por completo de cultura musical, así que iba escuchando por orden todos los discos que había, empezando por la derecha. Y así fue como descubrí las música de Duke Ellington, los Beatles, Led Zeppelin.

La biblioteca era como mi segunda casa. En realidad, es posible que fuera mi verdadero hogar. A fuerza de ir cada día acabé conociendo de vista a todas las bibliotecarias. Ellas sabían mi nombre, me saludaban al verme y me dirigían frases cariñosas (aunque yo muy pocas veces respondía porque soy terriblemente tímido).

[Extraído del libro Kafka en la orilla de Haruki Murakami]

jueves, 13 de diciembre de 2007

La ganadora

Crió a diez hijos con sólo veinticinco palabras... o menos. Esta es la coletilla de subtítulo de la película La ganadora que se puede encontrar sólo en DVD ya que su poco éxito comercial la catapultó fuera de las salas de estreno.

La película cuenta la historia real de Evelyn Ryan, una ama de casa típica de finales de los años 50 que tiene 10 hijos a los que mantener y un marido amargado y deprimido por su presente que se gasta el suelo en alcohol. Ante tal panorama, la protagonista explota su pasión, la escritura, presentándose a concursos de pareados y canciones para anuncios de productos alimentarios y de limpieza.

Su habilidad es tan talentosa que gana la mayoría de concursos a los que se presenta, recibiendo premios que luego canjea vendiéndolos y así compensar el derroche de su marido en el alcohol.

Aunque personalmente la película me gustó, sobretodo por Julianne Moore que su presencia casi garantiza la calidad del ejercicio en cuestión, la película adolece de un esquema tan rígido que el espectador no se sorprende ante nada: el marido se gasta el dinero, la familia vive una situación crítica, la madre gana un premio importante y la situación se normaliza. Este planteamiento hace que la película sea demasiado amable, llegando casi al límite del telefilm típico americano, añadiendo el hecho de que se basa en una historia real (si no sería completamente inverosímil).

Aún así los espectadores más vistos podrán detectar que plantea el esperítu revolucionario de aquellas amas de casa relegadas al anonimato y a la inutilidad de la sociedad machista de la época y que aún así lograban sacar a delante a sus familias con ingenio, optimismo y poquísimo dinero. Lástima que sólo en los encuentros de las amas de casas concursantes se respire este ambiente reivindicativo, que por cierto, Julianne Moore ya interpretó en personajes de películas como Las horas o Lejos del cielo.

La puesta en escena así como la caracterización de los personajes de la época (casi parecen salidos de revistas de los años 50), las explicaciones del personaje de Moore (narrador externo de la historia) que hace directamente a la cámara, sobre cómo funcionaban los concursos de jingles, hacen que la película sea muy creíble y fácil de ver. Pero el hecho que en ningún momento se incline de forma evidente por el drama y tampoco por la comedia hace que en su totalidad sea una película irregular, que salva la interpretación de Julianne Moore.

2005 USA - The prize winner of Defiance, Ohio. DIR: Jane Anderson. INT: Ellary Porterfield, Michael Seater, Erik Knudsen, Julianne Moore, Woody Harrelson, Laura Dern, Robert Clarke, Trevor Morgan.

miércoles, 12 de diciembre de 2007

La casa de los cuentos

Hace unas semanas paseando por mi barrio me encontré con un nuevo local. Estaba en obras, pero como tenían la persiana subida pude ver estanterías y muchos libros y un cartel en el suelo que rezaba La casa de los cuentos.

- Ui, me dije, a ver si es que van a abrir una librería infantil...

No volvía pensar más en ello, pero cuando el otro día iba a buscar a mi amiga Esther a su casa volví a pasar por delante de la presunta librería y ya tenían colgado el cartel y, lástima, la persiana medio subida. Así que para estar bien enterada, me asomé y por lo que vi estoy casi segura de que sí es una librería infantil.

Total que decidí pasarme regularmente para comprobar si se producía inauguración alguna. Mi sorpresa ha sido mayúscula cuando mi amigo Rubén me envía un e-mail diciéndome que actúa en dicho local el próximo martes. Transcribo el correo para todo el que pudiera querer apuntarse:

Palabra Cadabra

Es poden trencar, les paraules? L'abecedari és un poema, ben mirat? Quantes paraules caben en una de sola? Arribem a entendre-les encara que es diguin en un altre idioma? Què és el primer que ens imaginem quan sentim la paraula cadabra?

Palabra Cadabra és un espectacle en el qual la paraula dita és la protagonista de les històries que ella mateixa explica. És la paraula mirant-se en un mirall. O escoltant el seu propi eco. Amb cada conte semblarà que les paraules s'engreixen en l'aire fins a esclatar, o es fan primíssimes per entrar-nos per les orelles.

Són històries explicades i cantades pel seu propi autor, que es diverteix al voltant de la paraula dita i de les seves desventures, gràcies a les quals potser sabrem, al final, què vol dir la paraula cadabra.

Espectáculo en castellano

Lugar: La Casa de los Cuentos
Día: Martes 18 de diciembre

C/Ramón y Cajal, 35 (barrio de Gracia, junto a la Pl. de la Revolució)

Hora: 20:30 hrs.

ENTRADA LIBRE !!!

¿Os apuntáis? Yo voy a ir seguro.

lunes, 10 de diciembre de 2007

Firmin, de Sam Savage

Firmin es una rata nacida en Boston, en una librería de viejo. Se siente desplazado y solo y los libros son su única compañía. En la figura del librero buscará a su media naranja fraternal, y es que es como él. Conoce a los grandes clásicos, ha leido tanto como él, sabe exactamente qué libros están en la librería y en qué lugar (aunque ésta carece de un orden exagerado), pero una gran distancia les separa. Firmin es una rata, una RATA con mayúsculas, de las que dan asco, y no se atreve a presentarse así que le observa todos los días desde sus escondrijos. Le observa y analiza según lo que aprende en sus múltiples lecturas.

Cuando su "amigo" no reacciona como a él le hubiera gustado tendrá que replantearse su vida y lo hará gracias a un personaje de lo más aislado, algo que él no habría imaginado nunca y encontrará a su alma gemela.

Esta es una novela para devoradores de libros que verán reflejado su amor por la lectura y es una novela para los que sienten curiosidad sobre qué será eso de la lectura y por qué gusta tanto a algunos. Es una historia de amor hacia la literatura y al beneficio que aporta al alma mitigando el dolor que provoca la soledad. Es un libro que una vez concluido yo quise volver a empezar, y al que seguro recurriré en algún otro momento, ya que he subrayado muchos fragmentos por su limpidez a la hora de transmitir sentimientos, emociones y conocimientos metaliterarios. Desde mi modesta opinión, creo que es un libro que deberían leer todos.

-Lee el primer capítulo de Firmin-

-Lee la crítica de Firmin publicada en Babelia-

SAVAGE, Sam. Firmin. Barcelona: Seix Barral, 2007. 224 páginas.

domingo, 9 de diciembre de 2007

Teresina S.A.

Viven en la calle Verdi del barrio de Gracia, tienen un hermano que se dedica a cobrar recibos al que tratan como a un niño, sus vecinos se meten donde no debieran, como ellas, y muchos trabajan en sus "pedidus" de figuritas, trajes, disfraces, hechos a mano. Son las Teresines, tres hermanas solteronas con el mismo nombre, que viven aventuras y desventuras en la comedia de situación Teresina S.A. creada en 1992 por el grupo teatral La Cubana para TV3.

La serie se compone de 13 capítulos de media hora y cada uno se centra en una festividad para la que las hermanas y sus vecinos crean objetos "kitsch" y manualidades para venderlas en mercadillos, cadenas, supermercados, etc. Y siempre pasa alguna cosa: o viene el inspector de la Generalitat para ver si hay un escape de gas, pero ellas se asustan por si descubre su negocio de economía sumergida; si han de bordar un manto para una virgen andaluza y la mujer de la cofradía ha hecho promesas estrañas; si un vecino gorrón se les cuela en casa para comer y cenar todos los días o si el hermano de uno de los vecinos gay del edificio viene a visitarlo y les pide que se hagan pasar por su mujer, cuñada y suegra (el vídeo es un fragmento de este capítulo).

Una serie que fue un exitazo y de la que me he acordado al saber que mi novio no la conocía (pobre, que en aquellos tiempos no tenía tele), cuando en aquella época toda Catalunya vivía en casa de les Teresines. Seguro que hay poca gente catalana que no sepa tararear un trozo de la careta de inicio de la serie... Ojalá la saquen en DVD...



viernes, 7 de diciembre de 2007

Crítica literaria (II)

Aportación sobre la crítica literaria en el blog del escritor Rafael Reig:

1. De un libro sólo se habla para explicarle al autor cómo debiera haberlo escrito. Privilegiar siempre lo negativo.

2. La crítica es el espacio ideal para ajustar cuentas con ese otro crítico al que invitaron al congreso en Acapulco en vez de invitarme a mí. Los escritores son piezas de ajedrez en ese juego. Los escritores de mi rival son una porquería; los míos, unos genios. Cualquier encono o teoría literaria o política sirve para dividir la literatura argentina.

3. No informar nunca al lector. Aburrirlo siempre. No analizar nada.

4. Los cheques se leen, los libros se hojean. No caer en el error de creer que un libro puede portar ideas y expresar tendencias. No descubrirlas, no sintetizarlas, no comunicarlas.

5. Publicar recensiones incomprensiblemente memorables. Si alguien se acuerda del libro que quiero reseñar, es problema de él. Yo me acuerdo de Susana Giménez gritando ?shock?; la marca de jabón qué me importa. (Y lavarme, menos.)

6. Dejar siempre en el tintero estupideces como a qué género pertenece el libro, qué calidad tiene, a qué público se dirige, y si es o no aburrido.

7. No hacer crítica si se pueden hacer entrevistas, pastillitas con chimentos, contar cuál es el vicio del escritor o publicar alguna foto.

8. No olvidar que siempre el chiste triunfa sobre la verdad, que todo puede ser dicho con conventillera malignidad.

9. La imparcialidad es la mejor excusa para no decir nada. La neutralidad será el disfraz de tu nulidad.

10. Aceptar todas las invitaciones de las grandes editoriales porque este rebusque de crítico me sirve sólo hasta que publique mi libro. Entonces, van a ver esos escritores pelandrunes lo que es literatura en serio.

Buenísimo, ¿no?

Bibliothèque de l'Heure Joyeuse

Aprovechando que volvía a visitar París, y que en el último viaje no había tenido mucho tiempo, me fui a la Bibliothèque de l'Heure Joyeuse para conocer la primera biblioteca dedicada totalmente al público infantil en Francia.

La biblioteca fue instalada en París en 1924, aunque en 1920 fue creada en Bélgica. Fue la primera biblioteca creada únicamente para el público infantil en Francia y pretendía crear un entorno para los niños, fuera de la escuela, donde difundir la literatura infantil. Desde el principio, los objetivos básicos de la biblioteca es ofrecer a los niños un espacio con ambiente y decorados muy agradable (con pinturas, pósters, muebles adaptados en tamaños y colores...), disposición de los libros en total libre acceso (es decir, sin estanterías cerradas). Incitando así a los niños a acercarse a la lectura y al libro como objeto preciado. Organizan también las primeras acciones de animación a la lectura, como la hora del cuento y exposiciones relacionadas con la literatura, la implicación de los niños en la gestión de la biblioteca y la colaboración con otros profesionales del sector.

Toda esta información que aporto la he transcrito de mis apuntes recogidos en la clase de Biblioteques i llibres per a infants de la Teresa Mañà, y poder visitar una biblioteca histórica como esta me hace pensar en cómo pasa el tiempo. Hace unos años tomaba apuntes sobre este equipamiento y pensaba, "jo, qué chula esta biblio, ojalá algún día pudiera verla" y hace unos días estuve allí y pensé en la valentía de esas bibliotecarias fundadoras que revolucionaron las bibliotecas infantiles... ai, que me emociono. Será que me hago mayor...

Sala de libros para primeros lectores

Pasillo lleno de libros de la sala con fondos contemporáneos, a la derecha la estantería con libros en otras lenguas, donde los títulos de Ana María Matute son los que arrasan

Exposición dedicada al libro Un lion à Paris de Beatrice Allemagna, con bocetos de la autora, otras ediciones del álbum en otros países, entre ellas la española, el león protagonista tricotado a mano por la hermana de la autora, otros libros donde los leones son protagonistas y donde la ciudad de París es protagonista...

... dibujos originales para la edición del libro.

jueves, 6 de diciembre de 2007

Salon du livre et de la presse jeunesse (II)

A petición de Sfer, cuelgo las adquisiciones que hice en el salón de Montreuil. Por cierto, a los que os haga ilusión ir el año que viene, que sepáis que se celebrará del 26 de noviembre al 1 de diciembre, y no cometáis el acto de ingenuidad que hice yo, a saber, me llevé sólo una mochila donde guardé la ropa para no facturar y así moderarme con el gasto. ¡Pues no funcionó! Así que hay que llevarse una pequeña maletita para poder gastar tranquilamente.

Vamos allá con mi lista de éxitos de Montreuil:

A vos fourneaux!, de Adrienne Barman, editado por La joie de lire.

Adrienne Barman es ilustradora del periódico suizo Le Courier y en 2003 puso en marcha un juego de intercambio de recetas entre varios amigos aficionados a la cocina y la gastronomía. Ella, después se plantea el reto de ilustrar en una pequeña tira de cómic las recetas en cuestión que desde ese año se publican en el diario.

Le dessert, de Tom Tirabosco y Marie-Christophe Ruata, editado por la Joie de lire.

Mathieu está loco por los pasteles. Le encantan y no puede esperar a que lleguen los invitados a su fiesta de cumpleaños para probar el suyo, así que sale en busca del pastel. Se mete debajo de la mesa y siguiendo a un pescado azul llega hasta un mundo paralelo donde tendrá que enfrentarse a un gigante malvado que secuestra a los pasteles de los niños para comérselos. Mathieu reta al gigante para comprovar quién es capaz de comer más pasteles, pero tiene que ir rápido no sea que se pierda el pastel que le ha hecho su mamá.


Quand Becassine fait sa cuisine, de Cécile Beaucourt y Francis Waldman, editado por Gautier-Langereau.

Edición especial conmemorativa por los 100 años de la primera publicación del cómic del personaje bretón Becassine. Más de 40 recetas francesas y bretonas clásicas que a lo largo de las estaciones se nos presentan acompañadas por ilustraciones originales, y algunas inéditas, del personaje.

L'extraordinaire garçon qui devorait les livres, de Oliver Jeffers, editador por Kaleidoscope.

Este álbum surge de la frase tan manida que algunos padres repiten sobre sus hijos aficionados a la lectura, "mi niño no lee, devora los libros". Pues el protagonista de esta historia literalmente se los come, no se los lee. Y todo empieza por casualidad probando una letra, después una palabra, una frase, un párrafo... y acaba con cuatro, cinco, seis libros en la boca. Es un álbum muy ingenioso y sus ilustraciones son muy originales.

Maman jour et Papa nuit, de Eve Pisler y Philippe Grammaticopoulos, editado por Editions Thierry Magnier.

Este álbum me llamó la atención por el grafismo de sus ilustraciones, con formas muy geométricas y en colores básicos (el blanco y el negro) alternando con puntos de colores vivos haciendo que el universo gráfico del libro sea muy potente. Pero cuando empecé a hojearlo la historia también me atrapó. La conciliación familiar con la vida laboral es un tema de actualidad y este libro plantea la problemática de un matrimonio que viven prácticamente separados por su condición laboral, él panadero-pastelero y ella dependienta de la pastelería en cuestión. Él trabaja de noche y ella de día. Él duerme de día y ella de noche. El hijo que tienen en común quiere estar con sus dos padres a la vez e ingenia un plan para poder solucionar esa separación forzosa.

Pas de bol!, de Susie Morgenstern y Theresa Bronn, editado por Editions Thierry Magnier.

Este cuento empieza cuando dos hermanos se encuentran en la cocina para desayunar. En la mesa hay dos boles completamente idénticos para tomarse los cereales de la mañana. Pero los dos quieren el mismo bol. Se desencadena una guerra por conseguir el bol y deriva en lograr que el otro no pueda desayunar en ese bol. Una historia que habla de la rivalidad entre hermanos porque sí, una problemática muy común en la vida cotidiana de los niños. La ilustración se compone por la combinación de ilustración y fotografía.

Bleu nuit, de Anita Siegfried y Hannes Binder, editado por La joie de lire.

Daniel está solo en casa. Su madre se ha ido al cine y encima una tormenta se acerca de forma peligrosa. La oscuridad se apodera de su casa. Intenta dormir, pero el miedo le invade. Para tranquilizarse recuerda el trozo de El principito que le ha leído su madre antes de irse y parece que le relaja, pero un ruido ensordecedor le asusta. Un avión de hélices acaba de aterrizar sobre su cama y el piloto le hace señas para que suba a bordo... Un álbum misterioso en el que sus ilustraciones transmiten al 100% los miedos a la soledad y a la oscuridad.

Léon, l'étron, de Killofer, editado por Editions Thierry Magnier.

Este libro es tan divertido que casi no puedo escribir sobre él sin doblarme de la risa..., va, lo intento. Léon está deprimido por su vida insípida y aburrida. Sólo tiene éxito con las moscas y no saber bien cuál es la razón. ¿Por qué será?

La petite soeur carnivore: ou la maladie du mouton fou, de Taï-Marc Le Thanh y de Rébecca Dautremer, editado por Gautier-Langereau.

Cuarto tomo de la colección de Séraphin Mouton creada por Dautremer y Le Thanh. En este caso, la hermanita pequeña de Séraphin sólo come carne. Ya desde recién nacida rechaza la leche del biberón y pide un buen trozo de solomillo poco hecho. Un día, los papás de los hermanos marchan a hacer un encargo, y cuando Séraphin quiere dar de comer a su hermana se encuentra que se ha acabado la carne. Viendo que ella le mira de una forma muy rara ingenia un plan para conseguir que coma alguna otra cosa, no sea que le hinque el diente a él...

Y cuando me paseaba por el salón con la Laia y la Gloria nos damos cuenta de una gran cola que se ha formado un stand. "Alguien muy famoso tiene que estar aquí". Y al acercarnos a chafardear, ¡nos encontramos con Le Thanh y Dautremer firmando álbumes! Me dispuse a hacer cola para que me firmasen el libro y casi 50 minutos después lo consigo..., con los pies reventados, eso sí.

miércoles, 5 de diciembre de 2007

Salon du livre et de la presse jeunesse (I)

Después de varios años intentando visitar el Salon du livre et de la presse jeunesse en Montreuil, París, por fin esta vez, ha sido posible.

Me habían explicado maravillas sobre su calidad, su variedad, su extensión..., pero todo me parecía un pelín exagerado. Acostumbrada a los salones del libro de nuestra casa, pues... claro, nada parece todo. Dos días después de mi vuelta, puedo decir que es mucho más que todo. Es mejor.

Mi primera sorpresa fue la magnitud del evento, tanto en sus dimensiones como en su calidad. Respecto a las dimensiones, guau!, impresionante. El salón está ubicado en dos naves industriales con tres pisos, repletos de stands. Respecto a su magnitud y consideración dentro del mundo cultural parisino, me dejó anonadada que al bajar del avión, en el mismo aeropuerto de Charles de Gaulle una gran pancarta con el cartel del salón anunciaba cómo llegar hasta el mismo.

En la entrada del salón, patidifusa me dejan las unidades móviles de televisión que informan sobre cómo se desarrolan las diferentes actividades literarias. Después de recoger mi acreditación, tengo que sortear ingentes manadas de escolares parisinos que se agolpan en las puertas de entrada. La cantidad de niños es tan abrumadora que hasta emociona. Y lo mejor de todo, no era en horario escolar. Siempre es bueno que los profesores acompañen a sus alumnos a actos relacionados con la literatura y los libros, pero son actividades obligatorias. Ver a tantos niños y adolescentes pasando la tarde de un viernes en un salón del libro es alentador.

La segunda sorpresa que me llevo me la dan los propios stands del salón. Todos muy cuidados, decorados con ilustraciones, posters, muñecos, los libros bien dispuestos e iluminados. Y no sólo las novedades sino un amplio abanico de fondo editorial. Todos estos aspectos contribuyen a aportar solidez, continuidad y credibilidad a un salón que quiere difundir la literatura creada para los niños. Y realmente es así. Todos los stands, los de grandes editoriales y librerías, los de asociaciones profesionales, los de bibliotecarios... todos sin excepción te obligaban con su organización y puesta en escena a pararte y chafardear.

¿Por qué en nuestros salones no se hace igual? ¿Por qué no tenemos un gran salón dedicado a la literatura infantil a nivel nacional? ¿Por qué en los salones del libro generalista no se dedican más espacio y energías a los futuros lectores? Me muero de envidia. Yo también quiero un salón como el de Montreuil en mi ciudad, en mi país.


Os recomiendo que el año que viene os guardéis unos cuantos días de las vacaciones para finales de noviembre, guardéis también unos ahorrillos porque los vais a gastar y a disfrutar de la literatura infantil.

martes, 4 de diciembre de 2007

Siempre nos quedará París



Fotos realitzadas por pequeñasaltamontes y elabogado.

lunes, 3 de diciembre de 2007

Saló del Llibre de Barcelona

Todas las novedades del otoño, y algunas pre-navideñas...

los niños se lo pasaban pipa con las actividades pensadas expresamente para ellos...

la Miffy ha vuelto a los libros...

en el stand del ClijCAT repartían el último número de la revista Faristol, con una portada espectacular, en color, de Riki Blanco...

Novedades y algunos títulos del fondo editorial de Libros del Asteroide...

Y si el visitante no pudo ir a Frankfurt, en el salón había un espacio que recreaba la aportación catalana a la feria del mundo del libro más importante: escuchando el discurso inaugural de Quim Monzó...

Leyendo las guías, directorios y catálogos de literatura catalana que se llevaron a Frankfurt...


y para acabar... porque no sólo de libros vive el hombre... ¡también de chuches!