viernes, 24 de diciembre de 2010

Esto se acaba y empieza algo nuevo

No me podía venir más a cuento esta mudanza con el final y el principio del año. Hoy es mi último día en mi piso y los dos días anteriores los hemos pasado viviendo en él, sin un solo mueble exceptuando dos sillas, dos platos, dos cubiertos de cada, el colchón, la tele y el gato. El ambiente era frío, triste y angustioso. Cada palabra y maullido retumbaba por toda la casa acentuando la proximidad del final.
Retrasos en el alta de los suministros del piso nuevo nos han obligado a vivir en plan aventura en la que hasta ahora ha sido una de las casas más especiales de mi vida porque es la única que he sentido mía y sólo mía.

En unas horas entregaré las llaves, cerraré la puerta y me dirigiré al piso nuevo, que huele a eso, a nuevo, porque seremos los primeros en vivir en él. Faltan muebles por comprar (y claro, por montar), tenemos cajas por deshacer y su contenido por ordenar, ni siquiera tenemos el aplique del baño, así que seguiremos la aventura hasta que todo haya vuelto a su cauce de una forma diferente.

Siento unas mariposillas en el estómago de la emoción (o a lo mejor es la úlcera), tengo mucha ilusión por escoger los detalles que decorarán el ambiente, las plantas que colocaré en el balcón y cómo distribuiré los libros. Me queda mucho trabajo por delante, pero de momento me voy unos días a Suiza (si las huelgas o la meteorología no lo impiden), a descansar y a saltar sobre la nieve.

ilustración de Liniers

¡FELIZ NAVIDAD Y PRÓSPERO AÑO NUEVO!