martes, 29 de enero de 2013

Busco y no encuentro nada

"Lucy miró los resultados que se sucedían, su búsqueda con redes neuronales revisaba una infinidad de palabras clave, textos ancla, archivos, URL, etiquetas, correos electrónicos y direcciones IP–. Busco y no encuentro nada que se acerque remotamente a lo que me describes."
Lucy Farinelli, una precoz niña de 10 años que aparece por primera vez en la novela Postmortem de Patricia Cornwell, de la saga Scarpetta. Años después, convertida en exagente del FBI, experta en información, internet y tecnología, también tiene días malos en los que no encuentra nada.
Su perfil (no-oficial) en twitter: @lucyfarinelliPC

Factor Scarpetta de Patricia Cornwell editada por RBA, pàg. 21.

lunes, 7 de enero de 2013

Confesiones, viajes, malos tragos, en crudo... de un chef


Hoy mismo he finalizado la lectura de En crudo: la cara oculta del mundo de la gastronomía de Anthony Bourdain, cuando he caído en la cuenta que nunca antes había hablado de este chef reciclado en escritor de la que soy fan absoluta. Así que procedo a emmendar mi error...

Leí Confesiones de un chef al poco de su publicación en España. Siempre me había sentido atraída por la gastronomía pero hacía un par de años había empezado unos cursos de cocina a la par que entraba en la facultad de Biblioteconomía. Todo me era bastante nuevo, así que la lectura de Bourdain fue un choque bastante importante. Me sorprendió sobremanera el descarnado anecdotario del que hace gala el cocinero, trash hasta morir, lleno de cocineros cocainómanos, heroinómanos, borrachos y armados con cuchillos seguro que no muy limpios. Es un relato apasionante de sus primeras experiencias gastronómicas en la vida, así como de sus inicios en el mundo de las cocinas de los restaurantes, su gestión y la alineación que sufren los que se dedican a ese negocio.
Me gustó tanto que nuevo libro que se ha publicado lo he devorado. 

Viajes de un chef es una travesía por todo el mundo, como reza el subtítulo en busca de la comida perfecta. Bourdain aprovecha la fama que le aporta Confesiones de un chef para fichar por un canal de televisión por cable y venderles un programa sobre viajes y comida sin tener en cuenta los usos gastronómicos establecidos. Es un caos ordenado de experiencias culinarias más allá de refinamientos cotidianos. Una delicia si a parte de comer, te gusta viajar y experimentar con la comida.

En Malos tragos encontramos una recopilación de artículos periodísticos que sin un nexo común más allá de la gastronomía en general, sí que es posible apreciar la evolución que el chef sufrió a partir de la publicación de su primer libro, al ser lanzado al estrellato mediático y participar en programas de televisión.

En crudo a mi parecer es un heredero natural de Confesiones de un chef porque repasa mediante anécdotas, como siempre en el tono directo y políticamente incorrecto de Bourdain, el paranorama gastronómico internacional. En este último volumen no deja una sola tecla por tocar, cosa que como lectora interesada en la gastronomía, me encanta. Desde la moda slowfood, el veganismo, las grandes cadenas alimentarias, la burbuja de los restaurantes de lujo hasta su propia figura, todo es cuestionado sin pelos en la lengua.

Como en todas sus obras Bourdain podría pasar por escritor de tratados de antropología gastronómica dado su gran talento para diseccionar el mundillo de la cocina, los restaurantes y la gastronomía. La lectura de cualquiera de sus libros es amena, irreverente y 100% estimulante. Tanto si os interesa la temática que aborda Bourdain como si no, os recomiendo la lectura de cualquiera de ellos, pues es seguro que pasaréis un buen rato.

Parece ser que En crudo será la última de sus confesiones culinarias y se pasará a la ficción. Para empezar su realismo sucio se traslada al manga con la publicación de Get Jiro una novela gráfica salvaje donde los comensales se matan, literalmente por conseguir una mesa en alguno de los restaurantes de moda, chefs rivales enfretados a muerte y otros que directamente se las tienen con sus clientes.
Se me hace la boca agua...