sábado, 28 de septiembre de 2013

¿Quién conoce a Copernís?



Un niño se acerca al mostrador de la sala infantil y me pregunta:

- ¿Tienes libros en catalán sobre Copernís?
- ¿Copernís? Querrás decir Copèrnic...
- Nooo, quiero libros sobre Copernís, es un científico.
- Pues seguro que no es Copernís, será Copèrnic. Copérnico en castellano.

El niño me mira con cara de "esta mujer está flipada". Se rinde:

- Vale, pues dame el libro sobre el Copèrnic ése, pero si después no es el mismo que me ha dicho la profe, le diré que ha sido tu culpa por no saber quién era Copernís.
- Me parece justo.

:-)

lunes, 23 de septiembre de 2013

Paseando por el (otro) barrio de la Mercè


Hace dos años, por las fiestas de la Mercè, gracias a un reportaje de la televisión local descubrimos un barrio de la ciudad que nos era completamente desconocido al Abogado y a mí, el barrio de la Mercè. Pero no se confundan, no me refiero a la zona de la Basílica de la Mercè en el barrio gótico sino a uno bien distinto.



Creado en el año 1946 por la Obra Sindical del Hogar, el entonces llamado barrio de Nuestra Señora de la Merced o de Las Cinco Rosas (refiriéndose a la simbología falangista), fue la primera actuación urbanística en Barcelona por el instituto de vivienda del régimen franquista, que se diferenciaría muy mucho de los bloques y polígonos edificados en el resto de barrios del extrarradio de la ciudad.


Estas 123 casitas suponían un modelo de vivienda autónomo destinado a funcionarios y militares (¿quizá por su proximidad a la Caserna del Bruc?) y disponía de su propia capilla religiosa (que aún funciona) y también de colegio privado, que ahora tampoco escasean precisamente por la zona. Actualmente también disponen de un Casal de Barri y también una de las líneas de Bus del Barri, la 113.
En 1981, las viviendas protegidas pasaron al patrimonio social urbano y se actualmente se ha construido alguna más siguiendo la estética de casita blanca de pueblo. Vale la pena pasearse por este conjunto tan peculiar y difícil de ver en la ciudad.

Para pasearse por sus calles hay que subir hasta Pedralbes. Lo mejor es salir de la Avinguda d'Esplugues y coger la calle Eduard Toldrà, con mucha pendiente. Desde esta misma calle ya son visibles, incluso antes de llegar, las diferentes casitas blancas unifamiliares características que conforman el barrio.
Un paseo, como poco, curioso y muy recomendable si lo que se quiere es alejarse del bullicio de la Mercè más conocida... Y para ampliar información, no lo duden, en la biblioteca la tenemos.